Hoy he estrenado un nuevo programa de Flamenco en Adobo en el canal de Scanner FM Flamenca y Más. Lo protagoniza Kiko Veneno, un personaje por el que siento una devoción bastante especial, sobre todo cada vez que descubro alguna canción poco conocida en su repertorio, algo que se salga del «verbeneo» en el que él mismo asume que a veces anda encasillado (vale, él le llama «festivo-popular»). Kiko Veneno es curioso. Me hace reir y me hace llorar, como la Cocacola, que siempre es igual (ella, no él). O como Frankenstein. En el fondo, siendo sincera, me suelo quedar con su lado nostálgico-triste, con el menos rumbero, you know, supongo que por hacerle el favor e ir más allá de esa etiqueta que digo. Hay cosas que nunca olvidaré, como aprenderme todo el repertorio del Cantecito con aquel Andrés tocándolo a grito pelao cada noche del verano del 92, ante una de esas hogueras que un día prohibieron en los Caños arrancándonos media juventud (los de siempre con sus leyes «cívicas», claro). O como un viaje en furgoneta escuchando El Hombre Invisible, un disco que merecería haber tenido mucho más éxito, seguro. Yo con su «personal bilonguis» y sus «alitas de cucarachas muertas» me desarmo. Pero vamos, que eso poco importa en este post. Este post es para contaros que llevaba años queriéndole entrevistar y que siempre se acababa torciendo la historia. Sin embargo, cosas de la vida, en estos últimos seis meses he podido hacerlo dos veces y aceptarle para más inri una invitación a desayunar una tostada «de rebaná de toda la vida» en el Aeropuerto de Sevilla a horas demasiado tempranas. Eso tras hacerle él un comentario heavy de esos suyos a la dependienta porque llevaba años esperando poder pedir algo así en un aeropuerto y porque «no veas si tardaron en darse cuenta de que la gente lo que quiere es eso…». Al final supongo que es «eso», que el tío sabe lo que la gente quiere.
En mi caso, la última vez que le entrevisté (ésta que os digo que se ha estrenado hoy), yo lo que quería era que me hablara de flamenco. Y así lo hizo. No entraré en detalles de lo que habla en el programa. Sólo os diré que no pongo Volando Voy porque no es necesario, y que además de repasar su último disco, ‘Sensación Térmica’, aprovecho para saltar de curiosidad en curiosidad y poneros a otros artistas muy grandes. Me hace ilusión que no sepáis lo que va a sonar si os da por pulsar el play. Flamenco en Adobo es media horita de flamenco y de rock entrelazados, DIY total, con cariño y con respeto, que son dos cosas que están muy bien, ya lo dice el susodicho.
Y por otra parte os dejo aquí debajo la entrevista en vídeo que le hice el pasado otoño, justo cuando ultimaba el disco ‘Sensación Térmica’ con Raül Fernández ‘Refree’ (foto) en Barcelona. Fue parte del ya extinto programa de BTV Alta FIdelitat. En aquel momento, Kiko Veneno celebraba 20 años del citado Échate un Cantecito, a cuya gira de homenaje asistí algún tiempo después. Recuerdo cómo un guiri, desde la parte de atrás, apuntaba con una linternita un panfleto con las letras de el cantante mientras sonaban a todo trapo y las iba leyendo. Me llamó mucho la atención. Era como juntar las chirigotas y la ópera… Ahí lo dejo. Ya es tarde. Espero que os guste. Salud y buenas tapas.
LentejaLunar 