Ésta es una de esas crónicas que dejé en la nevera y fui redactando muy poco a poco. Tanto que igual es mejor leerla por fascículos, porque… Me iba a servir de archivo documental para analizar lo que fue y lo que será el Record Store Day en España. Pero resulta que ha pasado un año, que mañana se vuelve a repetir la historia con un cambio de nombre (‘El día de las tiendas de discos’, vaya) y algunas novedades más (como que la tienda Luchador se despide o que Madrid se une al cotarro como dios manda), y que no podré estar ahí para hablar en primera persona de su evolución, como aspiraba a hacer. Por eso me limitaré a quitarle el estado de ‘borrador’ a este post y a hacer visible lo que tenía. No he investigado más ni en cuanto a la parte «oficial» ni a la «no oficial«. Esto es sólo que, ya que no puedo ir (quien pueda que no se lo piense, que vale la pena), al menos me quedará el recuerdo del año pasado. Y la cosa empezaba así:
Os lo conté hace un año y os lo volveré a lo basto: el Record Store Day se comió un mojón en su primera edición española (2011), aunque 35 tiendas de discos independientes hubieran empezado a desperezarse al respecto. La iniciativa, surgida en EEUU cinco años atrás, se mantenía semi-latente, no cuajaba, y eso me sirve ahora como excusa para recuperar un reportaje que hice en 2009. ¿La situación descrita (podéis leerla aquí)? Un poco penosa, inactiva. Las declaraciones eran un bajón (¿falta de ilusión? ¿desidia?). Me documenté entrevistando a tiendas de ciudades como Sevilla, Madrid, Bilbao, Valencia, Vigo o Barcelona, donde entre otros, hablé con el dueño de la ya extinta CD Drome. Bueno, pues para centrarnos en cómo ha sido el segundo año del RSD en Barcelona comencemos por el sueco que se ha atrevido a montar, precísamente allí, otra tienda de discos, valiente de él.
La cara de frustración que puso cuando le conté que a pocos metros de su desierta tienda la gente se agolpaba entre dos jóvenes reductos para melómanos me conmovió. En un instante, los ojos se le cayeron al suelo y la piel se le arrugó. «Sí, vino un chico a comentarme lo que estaban planeando, pero yo acabo de abrir, no estaba preparado, me ha cogido por sorpresa…». Así eran los comentarios que acertaba a decir mientras le entregaba un vinilo a un cliente, delicadamente, dentro de una bolsa donde perduraba el logo de CD Drome. Era sábado, aún no había empezado el Barça-Madrid, y el moderno ilustrado común (entre el que seguro me hayo yo también) abarrotaba la calle Ferlandina, a la altura de Luchador y Discos Paradiso, tal que así:
El chico del que Stephan de Subwax [tienda que por cierto este 2013 se suma a la inciativa] hablaba era Dani Cantó, periodista, fotógrafo y eso que llaman emprendedor (o agitador cultural, que queda más molón en las revistas de tendencias de colores pálidos) al frente de dos minúsculos requeteminísculos sellos: Doblevida y Snap Clap! Dos días antes le encontré al teléfono recién salido de Daniel Johnston para que me explicara de qué iba todo eso. La cosa (me alegraba pensarlo) parecía estar dando un giro SUSTANCIAL. Las expectativas puestas en el RSD BCN como jornada de plácido paseo eran muy muy grandes. Participaban 38 sellos independientes. Siete tiendas también independientes ofrecerían casi medio centenar de actuaciones gratis entre directos de grupos y sesiones de DJ. Algo flotaba en el aire zumbándonos los oídos mientras nos repetía que los ánimos de una ciudad cada día más muerta (por lo menos cuando se quiere ir de gratis) estaban a punto de levantarse.
Y así fue. Eso es indiscutible, pero antes de profundizar en el tema saquémosle punta a la lástima: una de las conclusiones que me asolaron en 2008 sigue, en parte, congelada: a la hora de apostar por una causa común, las tiendas de discos no están todas de acuerdo. Para explicarlo mejor, vayámonos al día en que decidí que quería hacer este reportaje.
Era jueves, jueves 19 de abril de 2012. Se había generado un poco de confusión entre el circuito de tiendas adscritas al Record Store Day oficial y la plataforma paralela (la que acaba en «Barcelona» y promovió por amor al arte el citado Dani Cantó). Me vinieron muchas dudas a la cabeza y decidí quitármelas de un tirón. Con esas me dirigí a Revolver, la tienda que este año coordinaba la versión oficial del evento a nivel España. Eso sí, entré primero en Discos Castelló y, sorprendida de que la mujer que atendía no supiera bien qué decirme sobre si harían algo o no por el RSD, me encontré esto en una esquinita del fondo de la tienda:
Perdón, ¿el encargado? Sí, soy yo. No, nada, que quería preguntarle por las sorpresas que habrá el sábado. Es que no las podemos decir porque se perdería toda la gracia… Ya, ¿y no prefieren informar y que sirva de reclamo? Ya, pero no. Ya.
Después de eso, el acicalado encargado me dijo que sí, que sí, que contarían con muchas reediciones especiales y que este año se notaba que «las discográficas se lo han tomado más en serio para ayudar a las tiendas». Me fui de allí con una sensación rara. Había algo que no encajaba del todo.
Al poner un pie en Revolver Records tuve suerte. Quien organizaba el cotarro oficial, Carlos Pascual, estaba allí, liado entre cajas y cajas. Con el poder que te da una grabadora de mierda en el bolsillo, asomé mi cabeza por la puerta de su oficina sin previo aviso. El hombre se giró, me miró, me escuchó y accedió a responder. Los días así son geniales. El ser humano parece SIMPÁTICO por naturaleza.
Os pongo en situación antes de transcribir sus citas:
El Record Store Day Spain (el circuito oficial, vamos) lo han compuesto este año 25 tiendas. Cinco estaban en Barcelona: las dos Revolver de la calle Tallers, Daily Records, y Discos100 y Bcore Disc en Gracia. Sólo allí era donde podían encontrarse algunos de los lanzamientos «oficiales» que se editaban exclusivamente por el Record Store Day. Pero también, como decía antes, estaba la plataforma paralela, donde en vez de lanzamientos internacionales de gran renombre, había algún que otro ep modestamente hecho en casa y esparcido con mucha ilusión entre Discos Paradiso, Luchador, Discos Juandó, Wah Wah, Surco y, de nuevo, BCore y Discos 100. Allí también te encontrabas sin pagar un duro, ya lo he dicho, una programación que nos salvó el fin de semana.
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Revolver al habla pues. A ver si adivinamos QUÉ FUTURO TIENE TODO ESTO en Barcelona mirando lo que decía Carlos Pascual horas antes de la última edición:
¿Qué hay planeado para el sábado?
El RSD tiene una estructura un poco complicada y eso nos ha llevado más tiempo del deseado, por eso hemos tenido poco tiempo para prepararlo, pero aún así tendremos una jornada bien digna. Tendremos unas doscientas referencias especiales solamente para las tiendas adscritas. A nivel muldial, las multinacionales se están volcando en este evento, pero a nivel local no. Otra cosa es la repercusión que tenga en cada país. Que una multinacional traiga a España su producto según en que casos, es complicado porque nos tienen al final de la cola. Al tratarse de ediciones muy limitdas se recortan mucho las cantidades y tampoco le dan el trato que deberían, pero bueno, al final es algo que se está acotando y cada vez vamos a mejor.¿Fue un reclamo real el año pasado?
Para ser un primer año, la experiencia fue súper satisfactoria, al menos a nivel personal y de tienda. Vino muchísimas gente, fue un día especial con un carácter festivo… Se notó más afluencia de lo normal, y además era gente que sabía a lo que venía, con su listado de los discos que salían sacados por internet, etc. Nuestra labor es ésa: que poco a poco se vaya comunicando. El año pasado mucha gente no sabía de qué se le hablaba, igual que muchas compañías de discos aquí, y ahora comprobamos que un año después muchos ya lo conocen. Es señal de que la faena se ha hecho bien. Lo que teníamos quizá proyectado a gran escala ha habido que reducirlo un poquito para ir sobre seguro creciendo paso a paso, y de cara al año que viene la idea es que se saquen ediciones nacionales con repercusión mediática y que seamos tenidos en cuenta para el Record Store Day Internacional.¿Cómo os afecta que haya surgido una plataforma paralela en Barcelona?
Te lo aclaro fácilmente: eso ha sido una iniciativa particualr que se ha aprovechado del nombre del Record Store Day para hacer algo que no tiene su mismo fin.¿Cuál sería su fin?
El fin de Record Store Day es apoyar las tiendas independientes de discos y el formato físico, el vinilo, como principal herramienta. Luego se pueden hacer actividades y conciertos evidentemente, y es algo que se pide, pero siempre que vaya sujeto al motivo por el que se ha creado el Record Store Day. Los discos que se lanzan ese día con esa denominación se hacen para el Record Store Day, no para fuera. En ese caso, esta serie de tiendas han cogido el nombre y el día y han montado lo que han querido.¿Y se les ha dado la oportunidad de unirse?
A posteriori, pero claro, el daño ya estaba hecho. Han creado confusión. Desde el Record Store Day España creemos que cuantas más tiendas haya y más actividades se hagan, mejor, pero de golpe ha surgido esto sin que se pusieran en contacto con nosotros ni nada… Claro, ha cobrado una dimensión que ya es imparable, y se llegó a la conclusión de que debíamos sentarnos a hablar y lo hicimos.¿Qué conclusiones sacásteis?
Pues que con el poco tiempo que quedaba para la fecha, cohabitamos y colaboramos en cierta manera (incorporamos sus actividades a nuestra programación y ellos dirigen a quienes busquen los discos del Record Store Day a las tiendas que los van a tener). De las tiendas que hay en Record Store Day Spain hay dos tiendas a las que se les ha propuesto que hagan actividades y han dicho que sí, que son BCore y Discos100. O sea, que están en las dos. Pero yo en lo que haga cada uno con su tienda no entro. Es normal que si a una tienda que está alejada del centro le proponen una actividad y le traen un grupo a tocar o lo que sea diga que sí. Desde el primer momento les dije que nuestra actitud era integradora completamente. Cualquier que cumpla los requisitos (que sea una tienda independiente, que no venda la mayor parte de su producto online) puede entrar en Record Store Day. Yo a todas las tiendas que se han unido les he animado a que programen actividades y la mayoría las hacen.¿Por qué no se les avisó a las otras tiendas desde el principio?
Para confeccionar la lista de tiendas me basé primero en los que participaron el año pasado y segundo en la lista de clientes que me han proporcionado los máximos proveedores de estos discos. Si luego, que también ha pasado, alguna tienda se dirige a mí, pues la hemos sumado. Ahora, me parece absurdo que una tienda se sume cuando no va a tener los discos, que al fin y al cabo es la clave en todo esto. Si no trabajas con las compañías que los distribuyen y no puedes conseguirlos no tiene mucho sentido. En el futuro igual se pueden incorporar de otra manera, pero me parece que en principio sería confundir a la gente.¿Castelló forma o no forma parte del RSD? Contarán con reedicioenes especiales.
No. Se han dirigido a mí, pero ya era demasiado tarde. De cara al año que viene pues sí, pero… Tampoco sabían casi ni de lo que se trataba. Simplemente les han presentado unos discos de una compañía y tal, y ¿qué van a tener? Pues no tengo ni idea. Se trata de que cada vez sea algo más agrupado, pero es complicado, porque parece que aquí en el mundo del disco cada uno va por su lado.
¿El AÑO QUE VIENE podríais empezar todos juntos?
Sí, claro. De hecho, cuando me reuní con ellos dejé claro que el mal ya estaba hecho, pero lo que no puede ser es que a partir del 22 de abril una iniciativa ajena al Record Store Day cotinúe usando esa denominación. Que lleguemos a un acuerdo, presenten actividades, que editen un single o lo que sea y se incorporen, sí. Ahora, no colgar música para descarga, como se ha hecho, que va contra lo que es la esencia del Record Store Day.Aquí estamos entrando ya en temas filosóficos de cada uno y en maneras de trabajar…
Claro, pero la ideología es ésa, no la he inventado yo, y menos la van a inventar esta gente. Parece que le quieren dar su propia identidad a una iniciativa que ya nos viene dada desde fuera y es lo que es. Si crees en otra cosa, llámalo de otra manera.¿No querían ofrecer ningún concierto en Revolver?
Aquí es imposible. Lo que habrá es un concierto de clausura en la Sala Rock Sound con Ron Vudú ? y una sesión de discos del Record Store Day como colofón de la jornada. Durante el día sólo nos centraremos en lo que es trabajo de tienda porque ya estaremos desbordados. Había una propuesta de programar conciertos en la calle y teníamos los permisos y todo, pero creo que es mejor ir paso a paso y no querer abarcar más de lo que podemos.Si tú eres una tienda de discos que acaba de empezar y quieres formar parte del RSD, ¿lo tienes fácil o hay que pagar una cuota prohibitiva?
No, ninguna tienda ha pagado ninguna cuota, pero el año que viene veremos. Esto trae un trabajo, una infraestructura, y por eso lo de crecer poco a poco. Pero claro, no puedes montar un concierto en la calle ni esto ni lo otro sin pedir nada a cambio. La idea es que se pague una cuota anual y que entre publicidad, merchandising (que es algo que hemos tenido que costear nosotros y venderlo a quien lo quisiera): a parte de la web, hemos mandado comunicados de prensa y lo que se ha podido. Ha sido un tema de favores por favores y de amor al arte, aquí beneficio ninguno.
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A estas alturas me estaba empezando a enterar de qué iba la historia, pero me quedaba saber bien cuál era el punto de vista de la otra vertiente. Quien podía ayudarme era BCore, parte integrante de las dos iniciativas.
Oye, pero Jordi, ¿de verdad que los del Record Store Day Barcelona no sabían que había un Record Store Day oficial? De verdad, lo empezaron porque sí, sin saberlo. Pues vaya plan más inocentón, ¿no? Pues algo sí, pero qué más da.
A través de él, y de nuevo con el poder que te otorga una grabadora de mierda (…no lo volveré a decir más porque los aparatos eléctricos se lo toman mal y se vengan escacharrándose cuando menos te lo esperes, nada más que por putear), esta vez enchufada a un teléfono, di con Dani Cantó. Constató todo, sí.
Sonará naïf, pero cuando arranqué esto no sabía que había una «organización mundial» . Vi la web y todo eso, pero creía que era más como una ONG que aglutinaba lo de todo el mundo. De hecho, nosotros les escribimos y les contamos que teníamos este evento, pero nunca nos respondieron. Mirabas la versión española y había sólo cuatro tiendas, tampoco parecía nada grande… Pensábamos que por temas de distribuidoras les llegaban las copias y ya está; que ellos compraban directamente de un catálogo X por ejemplo a Warner y más sellos. No sabía que era como una especie de gran distribuidora. Pero nuestro interés por conectar con la internacional no era por hacer algo oficial, sino por decir: «hey, MARCADNOS EN EL MAPA que en Barcelona estamos haciendo algo grande aporovechando este día». No quería dejar tiendas sin incluir, y fui a Revolver por si les apetecía hacer algo. Sabía que iban a tener referencias, y cuando logramos quedar, digamos que las ambas agendas estaban muy adelantadas y no había manera de unirlas para hacer un gran evento. Carlos veía que lo suyo sigue siendo mucho lo que es el lanzamiento de discos, y que igual lo de los conciertos era despistar un poco. Así que vimos que era importante que la gente que viniera a nosotros y quisiera comprar no se encontrara con esa dualidad, que colaborásemos reenviándonos el público. Para mí era una pena que algo que podía englobarnos a todos tuviera unas normas concretas y eso hiciera que muchas tiendas no pudieran entrar en el circuito.
¿Por no tener distribución de los lanzamientos oficiales? También porque por ejemplo hay tiendas como discos Juandó, que no vende vinilo nuevo. Paradiso y Luchador no tienen el público de muchos lanzamientos del Record Store Day, por lo que tampoco se preocupan… Entonces, claro, era raro meter en el mismo circuito a todo. Al final dijimos, “mira, hacemos este comunicado en el que estamos las dos partes y a partir del 22 de abril trabajamos juntos en lo que sea”. Entiendo la visión, pero viendo el entisiasmo de las tiendas es triste que sea algo a limitar cuando todos podíamos colaborar juntos. Creo que es a lo que tenderemos en el futuro. Tampoco tengo miras en lo que va a ser el año que viene, porque este año ha salido de la casualidad y de la chispa…
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Un momento, un momento. Antes de hablar del futuro parémonos por un momento en DISCOS JUANDÓ:
La pregunta fue: «¿Te has planteado que la cosa se desborde en algún concierto?». Y Dani contestó:
Si quieres que te lo diga en serio, tengo bipolaridades, y hace dos semanas tuve pánico de que se desbordara la cosa. En Juandó hacíamos la broma de que iban a tocar como egipcios, de lado. Realmente, mi intención es hacer mucho ruido. Quiero que la gente del barrio piense “no me he dado cuenta hasta ahora de que aquí había una tienda de discos. Pensaba que esto ya no existía”. Es el hecho de que se genere vida.
Y surgió la vida, tanto, que llegado el sábado del Record Store Day fui incapaz de ver un pijo desde mi altura durante el concierto de Beach Beach (un día redactaré el manifiesto del tapón de alberca y se lo estamparé en la nuca a esos armarios empotrados tan poco solidarios que invaden las primeras filas de mi vida…). Desde el escaparate, entre los hombros…NO HAY FORMA DE VER…
NADA
Claro, siempre te encuentras luego vídeos como éste…
Pero yo hasta que comenzaron Salvaje Montoya no pude comprobarlo: alli por no haber no había ni micros, y no importaba absolutamente NADA; se estaba muy bien.
Y no sé si era el efecto de estar en la calle tomando servesa-migo con rayos de sol cruzándonos las pestañas, ese regusto tipo «plaza del Salvador» que alegra a todas las castas en horas cercanas al almuerzo o qué se yo. Desenfundé mi arma a pilas (ahora me llevo muy bien con ella) porque estaba de humor como para hablar con extraños, y aserté al dueño de Discos Juandó, que estaba todavía más pletórico que yo.
La historia está saliendo por encima de mis expectativas. El poder de convocatoria ha sido alto. No me esperaba nada en concreto, pero el hecho de ver la tienda petada y otras cincuenta o cien personas en la calle no está nada mal para empezar. Las ventas han sido como un sábado normal, y es normal: si hay un concierto la gente mira el concierto, no compra. Los habituales no podían pasar y no han entrado, aunque eso ha sido compensado porque éste es público nuevo que volverá. Así que bueno, ya tenía la idea de ventas cero, pero no era importante. Lo importante era tener a grupos tocando porque para mí era la primera vez. Y para el próximo año me apuntaré, claro. Pero ¿montarlo yo por mi cuenta? NO, eso seguro. Prefiero que sea un día especial.
Entró un hombre con una gran mochila colgándole. Llevaba tiempo dando vueltas por el mundo y su aura polvorienta era palpable. Y preguntó con acento italiano “sabes gente de aquí mismo que tú pero que vende CD usado?”. «En este barrio no, al otro lado de las Ramblas. Aquí yo soy el único. Y en metro Universidad, abajo, sí», le contestó el dueño sin mostrar demasiada simpatía.
También yo, «mismo que él», que el italiano, decidí que quería irme al otro lado de las Ramblas a ver qué pasaba. Comprobé que soy capaz de andar mientras como con palillos chinos. Quería aprovechar la tarde. Me crucé con un extranjero con pinta de nerd ochentero sentado en el suelo con un conejo al lado. Aceptó encantado los nuddles que me quedaban. Otra cosa aprovechada.
Y llegué hasta Wah Wah, otra de las tiendas que participaban en el Record Store Day Barcelona. Tras los platos y dando a la calle pinchaba Shakira. No, la rubia con la cadera desencajada no, la dependienta, que es más mítica aún, ella y su ¿gata? Su socio Jordi sabía qué decirle a la gente cuando le preguntaban dónde estaban las ediciones especiales del Record Store Day (las internacionales tochas, quiero decir): «Mira, ahí tengo lo que me queda del año pasado: un CD de REM y otro de Bruce Springteen…».
No ha conseguido venderlos. Wah Wah fue una de las pocas tiendas de Barcelona que participó en el circuito oficial en 2011, pero salieron algo escaldados y este año se pasaron al bando de los espontáneos.
Nos hemos juntado gente con ganas y que lo vivimos y que no tratamos las música como si esto fuera una verdulería. Hay tiendas que trata así al producto, pero el tema el tema está en ponerle algo más de alma. El año pasado sí que estábamos en el circuito oficial porque lo montabla una gente de Granollers y tenían muchas ganas, pero hubo un poco de mal rollo, porque hay tiendas tipo Revolver que en vez de crear comunidad van a su rollo y salen en todos sitios como que “son la tienda exclusiva del Record Store Day” y tal. Pero ésa no es la política. La política del Record Store Day es salvar el pequeño comercio de música, y aquí nos hemos juntado gente con ganas. Es hacer un evento que sea chulo, una movida solidaria para salvar un tipo de negocio que a veces tienes la sensaciónde de que sea un anticuario para las nuevas generaciones. Se quiere enfocar de otra manera, no como se hace afuera, donde la multinacional es la que vende a las tiendas intentando sangrar al cliente. Con esto se intenta que se lo pase mucho mejor, no solo traerle la caja especial de turno.
¿Cómo ves el futuro de este día, planteado de esta manera? El año que viene se sumará más gente. La del año pasado no acabó de funcionar. Comparado con la iniciativa del año pasado, ésta, que sea ha montado en menos de un mes, ha tenido mucha más respuesta. Para mí, no se trata de vender más este día trayendo algo especial, sino que tiene que ser más a largo plazo. Es recuperar a la clientela y que la gente participe y entienda lo que es la tienda. Ha habido mucho sello independiente pequeño de Barcelona con propuestas muy interesantes. Si las tiendas pequeñas no les apoyamos a esos sellos que son tan pequeños que no tienen distribución, no llegarán a ningún sitio, porque no van a llegar al Fnac, que es una multinacional…
¿Crees que acabarán sacando provecho de este día las multinacionales? ¡Segurooooo! A las multinacionales son las primeras en llegar a acuerdos, como llegarán por ejemplo con Amazon para venderles los discos del Record Store Day luego. Les importa un bledo todo. En EEUU hay mucha gente que compra varias copias de un disco exclusivo para el Record Store Day y al cabo de una semana los está poniendo en el Ebay. Yo no quiero eso. Si llegan los discos a mi tienda, fantástico, pero me da igual… Ya me preguntaron, pero el año pasado hubo el lío de que si Revolver los tenía pero el otro no y tal… Mira, me da igual. Lo que queremos es que la gente venga, se lo pase bien y vuelva a tener ese hábito de venir a escucharse unos discos, a tocar una portada, que le recomiendes algo… La gente gente viene y descubre cosas. Llevamos 19 años, o sea, que imagínate… Eso no lo tienes en internet. Se han hecho muchas cosas, sí, y encima está el bono éste de descarga en el que participan todos los sellos…
Revolver decía que esto era la antítesis del RSD porque fomenta la descarga gratuita… Ha habido un fallo, porque teóricamente lo íbamos a dar por una compra. El año que viene queremos hacer un vinilo o un cd con un packaging muy especial. Evidentemente sí que es la antítesis del RSD, pero reúne a todos los sellos de aquí… Eso está súper bien, y hay grupos muy interesantes. Es una propuesta que irá a más.
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Con esas me fui a Luchador, y ahí es donde dejo BRUSCAMENTE este post kilométrico. Lo dejo con una batería de fotos que espero que sirvan para recordar también lo que ha logrado mover esta tienda que desaparece a finales de mes. Sobre la evolución del evento ya os toca sacar las conclusiones a vosotros. Como dije antes, si tenéis ocasión de ir, espero que disfrutéis y encontréis bonitas canciones que os hagan la vida ligera y entretenida.
Esta señora decía que todo le parecía estupendo. Lo digo de verdad. ¿Cómo se llamaba? ¿Remi?
Y todo comenzaba suavemente con The Coach Station Reunion…
Poco después, a pocos metros de Ferlandina, la gente daba saltos de alegría a ritmo entrecortado. Era Fin de Año, uno de tantos Fines de Año.
Aunque en la puerta de Luchador todo parecía tranquilo, sí…
Eso sí, dentro la olla estaba hirviendo, también a un ritmo entrecortado y algo más distorsionado, en este caso el de L’Hereu Escampa.
Guillém decía que nunca había pasado tanto calor tocando la batería.
Y los Jacuzzi Boys pasaron del jacuzzi y se apuntaron a la sauna.
Después repitieron en Apolo, y sólo alcanzo a recordar esto… Así que en esto lo dejaré, pensando en la cara que pone el del medio…
Posted on abril 19, 2013
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