La Orquesta del Caballo Ganador

Posted on noviembre 4, 2011

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Orquesta del Caballo Ganador, Parte 1.


Orquesta del Caballo Ganador, Parte 2.

Hace pocos días, Barcelona volvió a acoger a la Orquesta del Caballo Ganador en un concierto-vermú mañanero. Los reunían, celebrando la entrada del otoño, los amigos de La Castanya, por supuesto en el Helio. Lamenté no poder ir porque sabía que una vez más harían algo irrepetible, irrepetiblemente improvisado. También porque esta vez  participaba Fernando Junquera, alma máter de Negro, alucinante y con tanto que ver con The For Carnation, o al menos eso me parece a mí. Los dos vídeos que he colgado de La Orquesta son de abril de 2011 en la misma sala. Ayudé a grabarlos a Lluis y Jordi, encargados de hacer que algunos de los mejores momentos de ese pequeño bar queden encapsulados para la Historia después de editarlos. Lo interesante de ellos es que, además de la música, se puede ver y entender cómo llega a ponerse de acuerdo tanta gente antes de cada concierto. En aquella ocasión dirigía el experimento Alberto Alegre, alguien que hace honor a su nombre mejor que nadie y que estos días difruta de una beca en una recóndita Universidad de Bali para estudiar el folclore musical de por allí. Casi nada. Días después del concierto le planté mi grabadora enfrente y le pedí que me explicara mejor de qué iba eso de la Orquesta del Caballo Ganador. Aquí están sus respuestas.

¿De dónde surge la idea de crear este experimento?
Cuando yo tocaba en Za! teníamos que hacer un concierto en el Apolo junto con Las Aus. Ya habíamos tocado juntos en un concierto en el Tanned Tin improvisando, en 2007 ó 2008. Salió bastante bien y nos escribió Coco del Apolo [2] para ver si podíamos hacer lo mismo. Como fue a muchos meses vista, Arnau de Les Aus se empanó y se tuvo que ir en esa fecha a París o por ahí. Teníamos tres semanas por delante, y propusimos la opción de hacer el dúo de improvisación con Estrategia Lo Capto! de Valencia, que todavía tocaban entonces y con los que habíamos hecho algunas giras. Fuimos a Valencia para ensayar, y Fernando Junquera, el guitarrista de Estrategia, nos propuso la improvisación conducida, que son unos signos creados por un señor norteamericano que se llama Butch Morris. El fulano éste es un improvisador de jazz de la AAACM de Chicago. Había creado un lenguaje de improvisación por símbolos, y estos símbolos los habá introducido aquí Agustí Fernández, que le había dado unas clases a los hermanos Junquera. El rollo es que lo del Apolo (febrero o marzo de 2008) iba a ser sólo un concierto, pero salió súper guay y encima nos empezó a venir más gente diciendo que quería tocar con nosotros. Al principio sólo éramos cinco: los tres de Za! y los dos heramanos Junquera (Jonathan, de Estrategia, no tocaba todavía). Empezamos a pensar que molaría ser un montón de gente, así que juntamos a más miembros hasta llegar al punto en el que estamos ahora, en el que somos 15 ó 16 fijos, más o menos. La cosa va variando en función de lo que pueda hacer la gente. El otro día, en el aniversario del La [2], fuimos el máximo, 13 ó 14. Ha pasado gente de diferente pelaje: Dani Blue (dj) y Rafa Romero(saxo) del Combo Averno; Sara (violín) de Manos de Topo, Marina (violín) de Inspira; Germán (guitarra) de Bananas; Daniel Granados (batería) de Tarántula; Morgan (saxo), que es una entidad en sí mismo, Christian Pallejà (guitarra) de Nisei…

¿Cómo funciona vuestro lenguaje?
Es improvisación pura y dura sin nada preconcebido. Es conducida, o sea, que el director decide cuándo empieza y acaban las cosas lanzando uns símbolos que el mùsico interpreta libremente de una manera muy abierta. No hay notación, ni escalas, ni melodía, ni armonía ni nada, sino que es algo que requiere inventiva por parte del músico y… Los símbolos están pactados, pero hay cosas como imitar el sonido de una lluvia. ¿Cómo suena la lluvia? ¡Pue yo qué sé! ¿Tú cómo la oyes? Eso es cosa tuya, tú eres el músico. Son cosas muy conceptuales. Butch es más completo que nosotros. Si miras en Youtube, parece que está dirigiendo obras que están hechas ya… Pero él pone mucho margen con las notas, tiene símbolos para utilizar una determinada escala o no…. Nosotros eso no lo utilizamos.

Lo vuestro no es un rollo academicista de músicos de conservatorio…
No, no. Hay algunos músicos de conservatorio, pero no se necesita. Para nosotros lo que es básico es la creación y la energía a partir de esa creatividad. Es composición espontánea, tiene que haber director con orejas, que tiene que saber dónde tiene que meter las cosas y dónde tiene que dejar fluir y dónde no…

¿El director siempre va rotando?
Ahora sí. Al principio sólo era Fer el que tomaba las riendas. Pero poco a poco empezamos a dirigir otros, porque es muy interesante ver cómo cuando cambia el director cambia el tipo de composición. Por ejemplo diría que yo trabajo más el rock porque me gusta más que haya caña, Marcos trabaja las texturas súper bien, y Fer trabaja cosas con una estructura muy concreta y arquitectónica por decirlo de alguna manera, muy lineal. Con él la gente hace sonidos muy pequeños. Lo que mola es que cada director le da un símbolo al instrumentista y éste tiene que esforzarse para sorprender al director y a los demás. Se tiene que tratar de un reto.

 

 

¿Y qué pasa si un músico se rebela?
Pasa cada dos por tres, claro. Pero para eso puedes hablar. En mí opinión, esa persona tiene que pensar si de verdad quiere tocar con un grupo de personas aceptando unas reglas. Eso es problema suyo, no del grupo. Había un hombre, Derek Bailey, teórico de la improvisación y guitarrista que vivió algún tiempo aquí en Barcelona… El tío tocaba mucho solo, y le invitaron a tocar en la orquesta creo que de Morris, y en medio del concierto guardó su guitarra y se fue. Decía que no era su cosa que alguien le esté dirigiendo con símbolos. Si vienes a tocar con nosotros y no vas a obedecer los símbolos, ¿para qué vienes a tocar si la gracia está en eso? Si no, pues te metes en una banda o haces otras cosas, ¿no? Pero claro, ha pasado y pasará. Puede pasar porque se empane alguien, o porque crea que tiene más de esto que el director… Se hace un quórum, ¿no? En principio la gracia es que todo el mundo obedezca al director.

Además de la lluvia, ¿que otros sonios pretendéis imitar?
Me refiero a sonidos más abstractos. Un día, cuando tuvimos pasta de las giras, Marcos lo gestionó todo y le dijimos a Agustí Fernández: “ A ver, Agustí, ¿qué cuesta alquilarte?”. Vino alguna gente más de Valencia y nos dio una Master Class de improvisación conducida sobre qué se entiende por improvisación, cómo trabajarla, etc. Hay ejercicios de abstracción para plantearte cosas como en otras artes como la danza o en la pintura. Un amigo pintor me decía que teía un profesor que le obligaba a sentir un dolor e intentar pintarlo. Un día pensamos en desarrollar con tu instrumento un concepto como… Pues imagínate: “joya”. No lo hacemos en directo, pero se puede hacer en casa… Sara, la violinista que toca con nosotros, es una megacrack: Es súper buena y ha estado becada en el extranjero. Dice que vino de Galicia a Barcelona buscando historias de jazz y… Se ve que se encontró super frustrada. Se dio cuenta de que el jazz al final, tal y como se entiende ahora, son todo reglas. ¡Muchas reglas, muchas reglas!, cuando en principio lo que pretenden el jazz o alguna de sus ramas es quitar esas reglas. Aquí ahora se estudia todo como empatronado, nada puede salirse, todo se tiene que escribir según nuestra lengua, etc, etc. Dice que lo que le abrió la mente fue empezar a tocar con nosotros. Aquí hay símbolos pero no hay reglas… Pasa mucho eso de que le digas a un academicista: “Improvisa, haz algo, ahora”. Algunos llevan muchos años tocando sobre partituras de otra gente y no saben qué hacer. “Pero ¿qué hago? ¿Qué ritmo, qué…?”. Sara decía que lo que más le costaba era hacer la lluvia. Para alguien que no sabe tocar, que no sabe de tempo o de armonía, es muy fácil, porque vas tocando al tun-tún. Pero si no, es súper complicado que puedas tocar sin una armonía, sin un tiempo determinado… Decía que le costaba no tener claqueta.

Tú que has sido bastante autodidacta, ¿te sientes más libre?
La verdad es que sí. Cuando me puse a estudiar en el Taller de Músics me sentía, no coaccionado, peor sí como muy taponado. Era como: “esto no, esto tampoco, esto más alante, esto…”. En lo que sería el núcleo duro de la orquesta, que sería Za! y Estrategia Locapto, creo nadie ha estudiado música. Edu (Za!) estudió en su momento piano, un par de años de solfeo, y ya está, creo. Pau hizo una incursión en el Taller como hice yo. Y sí, aprendes, pero dices, “ahora… tocar Bossa Nova…¿pa qué?”. ¿Te interesa tocar Bossa Nova? Está guay, pero…

¿Alguna vez os habéis metido en un lío sonoro que no supiérais deshacer?
Eso pasa siempre. Llega un momento en que se te empieza a ir y dices: “Y ahora, ¿qué?”. Pero la gente que improvisa dice que esto es como la vida. En la vida llega un momento en el que todo se te hace un lío y dices “tengo que ir a trabajar» o no, o “voy a hacer esto o lo otro”, se empieza a hacer una pelota gigante… De repente un día, todo se desvanece y desaparece por arte de magia o porque tú mueves la tecla correcta. Pues ahí es lo mismo. La improvisación es como tener siete caminos delante y no saber cuál escoger. ¿Cojo el camino de los vientos, de las cuerdas, de las baterías, ninguno y me quedo aquí pensando a ver si tengo una señal divina…? ¿Por qué te encuentras líos? Pues porque al lo mejor haces una señal en plan “hazme un loop”, algo cíclico, y tú esperas algo, y surge lo conrtario a lo que esperas y ¿ahora qué? ¿Qué coño hago? Pues ahí está la gracia. Es como el rollo de las filosofías orientales, de las artes marciales o el taichi: eso de coger la energia que te venga del contrario para saber trabajar con ella y hacer algo creativo.

Si tuviérais que acercar la orquesta a algún estilo para definirla, ¿sería el free-jazz?
No… En España, que yo sepa hay cuatro o cinco haciendo lo nuestro. Yo creo que lo que pasa con la orquesta es que impera el cachondeo y el rock, en cierto modo. Casi todos venimos de grupos de rock, aunque ahora esté el cuarteto de cuerdas, que ya es más clásico. Las otras orquestas que he escuchado por internet o así hacen algo más serio, y claro, igual nosotros somos como más paganos. Es como una improvisación pagana. Tocando por ahí te encuentras con que la gente te entiende súper bien, el público participa, hay un feedback… Lo de las llaves que agita el público en un determinado momento es para que ellos formen parte de la obra. Ya que desaparecen al no estar compuestas…

¿John Zorn es una de vuestras influecias clave?
Sí. Él tiene otro método de imporvisación conducida que es el cobra. Él trabaja con cartulinas, los músicos se pueden decir lo que tienen que hacer… El concepto sería como el tráfico de una cuidad, donde los coches serían los músicos. El director sería el director de ése tráfico, y decidiría quién entra, quien no… Los músicos le van diciendo si quieren hacer un trío, un sólo… y él va haciendo.

Y todavía no hay nada editado, ¿no? Nada. Lo que tenemos en el Myspace son directos viejos. Grabamos un single que tenía que sacar Acuarela, pero ahí se quedó.

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Posted in: Entrevistas, Música