El lado más flamenco de Albert Pla (radio)

Si hay algo por lo que siempre recordaré a Albert Pla es porque fue el primer músico con el que me sorprendí llorando durante un concierto. «¡Cómo se puede ser tan pava, con lo gracioso que es y la mala leche que tiene…!», me decía a mí misma. Fue en el primer Doctor Music, en medio de Los Pirineos, entre los cientos de nombres estelares de un cartelazo que incluía a David Bowie (¿Eso es posible hoy en día? Lo de Bowie en un festival quiero decir, no lo de llorar…). Al tema: que desde entonces, desde 1996, llevaba queriendo encontrarme con aquél hombre tragicómico grabadora en mano. Lo conseguí hace unos meses con la excusa del programa Flamenco en Adobo, con el que ya mismo comienzo una nueva temporada de Flamenca y Más en ScannerFM. Albert Pla era un invitado obligado en mi personal y humilde experimento radiofónico si de lo que se trataba era de hablar de uniones posibles entre flamenco y rock. ¡Y me hacía tanta ilusión! Oportunidades así no hay tantas. Aproveché que actuaba en el teatro Poliorama, quedé con él en una cafetería, y como el ruido de los coches era tan chungo, acabamos moviéndonos a un descampado entre facultades y oficinas regado de latas vacías, meaos de perro y colillas. Ahí en el lao más bestia de Barcelona. Sólo le faltaba ir vestido con el saco papas con el que suele actuar. Mejor y más verdadero no podía ser. Y descubrí muchas cosas curiosas, como que meses después haría La Pandilla Voladora para pasar el rato entre amigos, o quién le enseñó lo poco que dice que sabe de flamenco, o la relación tan fuerte que tiene con Diego Cortés, a quien le jalea en directo gritándole «¡Suelta la fiera que llevas dentro!», o que si se tuviera que reencarnar en un cantaor escogería al Capullo de Jerez. No me enrollo más. Esto que os dejo es media horita con uno de mis artistas favoritos, hablando sin estar de promoción, que es una suerte. No hay nadie como él.