Hace casi ocho años, en el primer festival de cine documental musical In-Edit, me pegué una maratón de más de nueve o diez horas sentada frente a una gran pantalla en una sala pequeñita. Era en el Club Helena. Yo tenía los bolsillos llenos de tiempo, en un paro absoluto recién salida de mi vida universitaria. Me había comprado el abono y los de la organización comenzaban a reírse de mi obsesión por no perderme ni una película. Recuerdo que en los intermedios siempre salía un cachito de un docu con un tío diciendo: «Si la chica en la que te has fijado es fan de Nick Drake puedes estar seguro de que te enamorarás de ella». «¡Tooooma!», pensaba yo sin haber abierto la boca en no sé cuánto tiempo y sin conocer a ni cristo en la sala. Era mi primer año en Barcelona, y estaba muy pendiente de si un chico en concreto se enamoraba de mí, así que aquello me parecía todo un presagio (es lo que quería pensar, vamos). Pues bueno, mi vida ha seguido su curso de tal forma que, quiero pensar, aquella frase ridícula podría ser cierta… Pero dejémonos de sentimentalismos.
Aquel documental creo que era A skin too few: The days of Nick Drake (2000), de Jeroen Berkvens, pero también podría ser -lo siento, no he podido comprobarlo y mis recuerdos de aquel empacho audivisual no son tan nítidos- el otro que hay filmado: Nick Drake: A stranger among us (1999) de Tim Clements. ¿Y por qué me pongo a contar esto? Me acabo de enterar de que pronto habrá un nuevo documental sobre el esbelto cantautor. Emmett Malloy (el hombre que hay detrás de la cinta sobre The White Stripes Under Great White Northern Lights) incluirá en su próximo proyecto también un libro y un disco en el que partiparán gente como Jack Johnson, Matt Costa y Andrew Bird.
Bueno, pues curiosamente lo he sabido el día después de empezar a leerme la biografía Mas oscuro que el más profundo mar. En busca de Nick Drake, que escribió Trevor Dann en 2006 y que en España publicó dos años después Metropolitan, la editorial de libros sobre música del sello Mushroom Pillow. Curiosamente también, cuando nació esta editorial llegó a mis manos su primer lanzamiento, la traducción de la biografía que escribió la viuda de Ian Curtis, y practicamente coincidió con el estreno de Control, el biopic sobre el líder de Joy Division basado en aquel libro y firmado por el fotógrafo y cineasta Anton Corbijn, al que estaba dedicado uno de los documentales del In-Edit del año pasado (¡ah!, acaba de saberse que su próximo filme, El Americano, se estrena en España en septiembre con Clooney ante la cámara. Veremos si no pasa como con Control, que tardó una eternidad en llegar aquí, a pesar de las promesas).
En fin, pensando en todas estas casualidades y en un posible biopic sobre Nick Drake, se me ocurrió que el actor que más se habría parecido a él hoy en día habría sedo Heath Ledger. Pues otra sorpresa más: Al morir Ledger en enero de 2008 por sobredosis accidental de somníferos dejó a medias un proyecto en el que homeajeaba a Drake.
keko damian (@kekodamian)
junio 2, 2012
Cada vez que escucho «Way To Blue» se me aprieta el pecho. Tan joven se fue, tan desconocido, tan grande a la vez. Un abrazo…
Lenteja Lunar
junio 4, 2012
Tu comentario me ha llevado a querer escucharla de nuevo, y ya se sabe cómo sigue esto: completamente volcada en atender al que es ya un amigo escuchándote toda su discografía. Gracias por recordarme lo bien que me sienta el señor Drake a la hora de ponerme a escribir!