Hola. Hace mucho que no escribo aquí. Solía ser un blog de periodista moderneta cultureta a la que le gustaba fardar de haber entrevistado a artistas reconocidos. A partir de hoy ya no será nada de eso. Será más bien un diario-palangana donde vomite lo que necesite echar fuera. Porque estoy necesitada de eso, sí. Ayer recibí los resultados del coronavirus y he dado positivo. Comencé un encierro en casa de mi suegra, en el altillo. Escucho a todos chapotear en el jardín. Tengo internet. Lo llevo bien. Hoy lo llevo bien. Pero ayer fue un horror. Tuve una actitud de mierda. Me comporté como una gilipollas en toda regla, víctima de una especie de ataque de pánico, estrés y mala hostia. Podía haber decidido pasar el confinamiento en pareja (J también ha dado positivo y hemos habilitado otra zona de la casa para él), pero he preferido estar sola, convertirme en capulladeclausura. Así podré… ¿avanzar trabajo? Bueno, así podré hacer algunas cosas y no podré hacer muchas otras. Pero lo más importante es que si estoy inaguantable sólo me tendré que inaguantar yo a mí misma. No me fío de mis altibajos.
Esto que os pongo es un dibujo que le hice ayer a mi hija Joana. Tenía más ganas de pedirle perdón que otra cosa, pero claro, me salió lo de los conejitos. Quise hacer un avión de papel y tirárselo por la ventana, pero entonces caí en que estaría contaminado. Y le hice una foto… Por lo visto le gustó. Hoy me ha traído un croisant de chocolate para desayunar. Lo deja en un escalón y se separa corriendo. Es su forma de cuidarme. Dice que está aprendiendo para ser médico. Tiene cuatro años. Le veo madera.
Y vaya la que le espera conmigo… Soy muy miedica para algunas cosas y muy valiente para otras. En temas de salud bastante histérica, no lo niego. Mis síntomas han sido fatiga, dolor de cabeza intenso, picor de ojos, la cuenca de los ojos como inflamada, garganta irritada, dolor por debajo de los riñones y cansancio. Ayer con tanto estrés tuve ansiedad. Me dolió de repente el corazón y pensé que era por eso. Pero hoy he leído una noticia en la que se habla de los efectos del coronarvirus en la actividad cardiaca a medio-largo plazo en enfermos de edad mediana con sintamatología leve. Tengo 41. Siempre se han reído de mi carácter hipocondriaco. A ver cómo acaba esto… Intentaré ponerle actitud. Intentaré iniciarme en la meditación para ser más dulce, menos agresiva en mis formas (ponerme flamenca no tiene ningún sentido), más positiva en el buen sentido de la palabra (en el malo ya lo soy).
Os iré contando.
Anónimo
agosto 2, 2020
Me alegra volver a leerte aunque sea bajo estas circunstancias. ¡Un beso muy grande Carola! ¡Estaremos al otro lado dándote ánimos!
Raúl Gil
agosto 2, 2020
Por cierto, soy Raúl. Tu compi de cole.
Lenteja Lunar
agosto 2, 2020
¡Hola, Raúl! Gracias por los ánimos. Qué bien saber que estás ahí ❤
Isa Ven
agosto 2, 2020
Carola te envío mucha energía positiva, gracias por informar. Deseo que todo pase rápido y que el miedo no te haga perder la fortaleza que tienes. Toda experiencia nos sirve como aprendizaje y la meditación nos ayuda a no ser prisionera de nuestros pensamientos. Seguiré enviandote energía positiva. Te quiero prima