Ornamento y Delito han firmado una obra magna con ‘Adorno’. Excesiva en duración, sí, pero emocionante y currada, que es lo importante. En su prospecto podría poner algo así como “Déjese llevar por sus cantos de ultratumba y por la suciedad de su ruido y su prosa, pero ante todo diviértase sumergiéndose en la dialéctica negativa de la que tanto habló el filósofo, ésa que hace hincapié en el desfavorecido y en la crudeza de las contradicciones. Verá como sale rejuvenecido”. Sin relajarse en su condición de snobs de la cultura posmoderna, comienzan el disco como unos hijos pródigos de Echo & The Bunnymen precedidos por la voz del protagonista de «Furia» (Fritz Lang, 1936), y poco a poco se van pringando en el barro mientras escupen irreverencias y se mofan de quienes piensan que Bono es Dios, de los tatus de unicornios y del que no sabe seguir una vida improvisada. Así es como plantan delante de nuestras narices 16 historias malolientes, llenas de misterio new wave y perversión nocturna, tan cautivadoras como la entrada de Gainsbourg en “Manon”, entre el desasosiego de Fernando Alfaro, la cadencia templada de Nacho Vegas o la poca vergüenza rasposa de Greg Dulli.
*Reseña publicada en el número de enero de 2012 de la revista Go Mag.
Posted on enero 14, 2012
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